Reflexionando sobre igualdad

INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y BRECHA DE GÉNERO



Es innegable que los avances tecnológicos han venido para quedarse y uno de los que está más en auge en la actualidad es el de la inteligencia artificial (IA). Así, estamos en un momento en el que cada sector de la sociedad está marcado por las tecnologías digitales, las cuales están remodelando la vida cotidiana a la hora de facilitarnos diferentes actividades de nuestra vida diaria y laboral. Por este motivo, y debido a la rapidez en la que avanza la tecnología, es necesario pararse y analizar si esta digitalización ayudará a reducir la desigualdad de género o simplemente a mantenerla.


Si nos fijamos en los datos, hoy en día las mujeres y las niñas tienen un 25% menos de probabilidades que los hombres de saber aprovechar la tecnología digital para fines básicos, 4 veces menos de saber programar ordenadores y 13 veces menos de solicitar una patente TIC. 

Esto no solo supone un problema desde el punto de vista de la igualdad laboral, ya que muchas de las opciones laborales más atractivas actualmente y de los próximos años se encontrarán en el ámbito de la IA, sino que puede tener también peligrosas consecuencias en el desarrollo de la propia tecnología.



En concreto, en el campo de la inteligencia artificial, la ONU estima que solo uno de cada cinco profesionales en el campo de la IA son mujeres, concretamente un 22%. Esto nos lleva a pensar en la más que segura falta de perspectiva de género en el diseño y avances de esta tecnología y por lo tanto en la presencia de sesgos que lo único que harán será perpetuar y, tal vez, intensificar la brecha de género en la sociedad.


Esta infrarrepresentación de género se materializará pues en los datos con los que se "entrene" a los modelos y algoritmos, que contribuirán a reforzar los estereotipos de género ya existentes y, en consecuencia, relegará a las mujeres de determinados ámbitos.


Así, por poner un ejemplo muy claro y que hace poco que empieza a "chirriarnos" a algun@s, es el hecho de que la preferencia de nombres y voces sean siempre femeninas para los asistentes digitales. Os invito a pensar en Alexa, Siri o el asistente de Google Maps. Esto puede tener su explicación en las normas sociales y otros sesgos de género socialmente construidos previos a la era digital, los cuales atribuyen a la mujer el papel de cuidadora.


Pero ya no solo es el hecho más básico de que dichos nombres o voces sean femeninas por defecto, sino que si profundizamos en el funcionamiento de los mismos podemos encontrar infinidad de ejemplos de falta de perspectiva en los datos que analizan y nos devuelven cuando les hacemos preguntas.


Recogía Marta Grañó (profesora de OBS Business School) en el "Informe sobre brecha de género en la era de la Inteligencia Artificial" (el cual aparece en la noticia que os invito a leer más abajo) el caso expuesto por Toju Duke, exresponsable de ética en Inteligencia Artificial en Google y directora de Diverse IA. Toju explica que cuando formuló la pregunta: "Alexa, ¿dónde se juega hoy la final de la Copa del Mundo de fútbol?", el asistente de voz de Amazon respondió: "Hoy no hay partido". Sin embargo, ese día se disputaba la final de futbol femenina. Es decir, Alexa estaba programada para tener en cuenta solo los partidos de fútbol masculinos. 


No es de extrañar que, si los datos de los que se "alimenta" esta tecnología han sido elaborados en su mayoría por y para hombres, sea incapaz de ir más allá a la hora de analizar y crear información nueva.


Pero lo preocupante de todo esto va más allá del ámbito doméstico, ya que dicha tecnología es también muy recurrida en las empresas a la hora de hacer selecciones de personal. Y qué clase de resultado creéis que arrojará un programa cuyo conjunto de datos de contratación tiene un historial de preferencia por candidatos masculinos? Pues ya os lo adelanto yo: favorecerá a los hombres por encima de las mujeres.


Como siempre, la forma de paliar todas estas desigualdades pasa por incentivar el papel de las mujeres en esta era digital, fomentar y promocionar la educación de las niñas en el ámbito de las nuevas tecnologías desde un enfoque basado en eliminar los estereotipos de género. Es decir, darle la mano a esa nueva realidad y convertirla en aliada de esta lucha contra los sesgos de género.



Como conclusión: representando el 50% de la población mundial, las mujeres no podemos ni debemos excluirnos del grupo que definirá como será el mundo del futuro.


Por aquí os dejo el enlace de la noticia en la que me he basado para hacer esta publicación y también un estudio muy interesante sobre los efectos de la IA en la vida laboral de las mujeres. Espero que os guste y os haga reflexionar como a mí!


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